Selexiones de
Enloquecidos Moradores de un Mundo Sin Quehacer
por Todd Temkin
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- Enloquecidos Moradores de un Mundo Sin Quehacer
- Da la impresión que cada chileno ha visto por lo menos dos ovnis.
- Lucy y Mario, por ejemplo, vieron dieciséis platillos
- sobrevolando la cordillera al atardecer.
- Se fueron a casa y hacían el amor mientras
- tres niñitos jugaban a la pelota a la luz de un poste.
- Mi ventana contempla los mástiles iluminados
- de la flota pesquera centelleando la marea del anochecer.
- ¿Qué dirían esos otros seres de nosotros, los últimos utópicos,
- hojeando a García Lorca, comiendo porotos granados,
- enloquecidos moradores de un mundo sin quehacer?
- Mi esposa es una miracielos y le achuntó dos veces.
- La primera en un taxi después de la misa,
- cuando sepultaron a la abuela Elisa.
- La luz azul anaranjada ardía como un derviche
- danzando al ritmo de flautas que sólo los perros podían escuchar.
- Todo el mundo lo vio, menos mi suegro, Jorge.
- Su vida se fue vendiendo cordero patagónico
- en los albores de los supermercados. Ahora se seduce
- al sueño contando ovejas faenadas
- en un mundo que no está ni ahí con las economías de escala.
- Aquí, la economía de mi vida se dispara fuera de control.
- Según mis cálculos, cada célula de mi cuerpo se está
- regenerando tan rápido que al terminar esto
- ya serán otros, mi esófago, mi vejiga, mis dedos,
- mis pulmones. Me veo en caída libre,
- desplomado de vida en vida, arrojando en un vacío interdimensional,
- dando testimonio a la divinidad de la pestilencia,
- apilando las uñas de mis pies en montoncitos
- que enloquecen a Pilar. Explico que estoy dejando huellas
- para que civilizaciones más avanzadas nos puedan encontrar.
- Lo veo sucediendo una noche después de hacer el amor,
- acurrucados a la luz de una vela, la esencia del almizcle
- evaporándose en la lámpara, musitando a las vicisitudes
- en la sinuosidad de su cintura. El mundo estará al revés,
- nuestra ternura expuesta, nuestras voluntades evadiéndonos.
- Así es como quiero que me encuentren: desnudo, mis células
- regeneradas, mi semen vaciado, fluyendo en busca
- de vida inteligente en algún punto del universo. En el umbral
- de la vida dormiré como niño. Mi espíritu torpe y feliz,
- mi cuerpo un monumento a la flacidez, mi sonrisa una serpiente.
- Yahrzeit*
Mi madre mastica un rocío amargo y ocreado. Sus hombros se caen entre la maurandia pisoteada, embalsamando los restos de ligustrina al azar. La llama Rosi, la cervatillo polvo y arena que se ha estado comiendo sus rosas; con su surtido de manchas café y las pestañas a medio crecer. Ahora la veo de rodillas, escarbando la tierra con azadón de manos blancas. ¿Encontrará allí a mi hermana muerta ya diecinueve años sin cosechar? ¿O excavará las notas inconclusas del violín que dejó de tocar cuando Robyn nació, bautizando los recitales perdidos Lechuga Escarola, Ramito de Albahaca, Espárrago Blanco? La veo arrodillada, escarbando la tierra con azadón de manos blancas. Anoche, en la comida, nos volvimos a topar. "Dios es memoria", me dijo, mientras yo insistía en mi deidad encapullada de sueños tergiversados despiadadamente sin reconocer. Me pidió que le pasara la sal, extrayendo una pepita de cardamomo que había dejado en el curry del cordero. La primera semana de agosto se pone religiosa de nuevo, de compras en la tienda de la sinagoga por primera vez desde Yom Kippur. La llama de la velita marfil se mecía enmarcada por un fondo de manzanos en flor. Ahora, la veo arrodillada, escarbando la tierra con azadón de manos blancas. Rosi volvió anoche con tres ciervos alrededor. El curry se entibiaba en el escandilar del atardecer. Nos sentimos atrapados en la luz de ese ciervo pueril, gozando los pétalos de nuestro procrear consumido en su trance de dulzura brutal. * Palabra hebrea que alude al aniversario del fallecimiento de un ser querido. Se conmemora prendiendo una vela que dura veinticuatro horas.
- La Capital de Nada
"Este árbol expresa mi desconfianza hacia todas las escuelas de pensamiento humano"
John Engman, Una Forma de Mirar a Wallace Stevens
- Mi padre no alcanzó a luchar en la Gran Guerra.
- A cambio, le dieron lentes de contacto--
- inmensos discos grises, parecidos a dos monedas de diez pesos,
- convexidades que hedían a auto-sacrificio, sobriedad,
- y el amor a Tío Sam. Puso en práctica
- sus principios desenmarañando
- mapas marca Texaco que lo guiaban
- por los años setenta, visitando
- puerta a puerta cada pequeña fundición
- dentro de un mundo de cinco estados
- limitado por océanos llamados Rhinelander,
- Moline, Sundusky y Kalamazoo*.
- Cinco estados me parecían un mundo
- en ese entonces. El olor a polvo de zinc,
- las aleaciones de bronce, y la arena industrial
- conformando el a, b y c
- de un silogismo que señalaba
- una jerarquía lógica cuyo propósito principal
- era hacernos aguantar la inaguantable opacidad
- de los lúgubres atardeceres de invierno.
- En 1971 mis padres aprendieron a bailar
- en el Crucero del Amor.
- Desde entonces esquivo a mi madre
- en matrimonios y Bar Mitzvahs, aporreando
- mi alma desde los trece con champagne barato
- y vino dulce tomado al seco.
- Fui el último Temkin en sufrir miopía
- y el primero en leer las hazañas de Copérnico
- en la Enciclopedia Universal de 1964,
- mi Viejo Testamento y salvador. Preparaba
- un listado de polacos famosos, pero desistí
- al contemplar la dulzura de mi abuela
- capturada en un retrato tomado en Cracovia
- cerca de 1920. Llevo veinticinco años
- recapitulando la gloria
- de mi único logro que vale la pena:
- haber memorizado, a los siete, las capitales
- de los cincuenta estados y las poblaciones
- de los grandes centros urbanos. Shangai,
- Sao Paulo, Calcutta, Tokio, Pekín.
- De poco me sirve ahora, salvo
- para enfatizar que aunque Atlanta,
- Phoenix y San Antonio han duplicado
- su tamaño, Milwaukee sigue siendo
- lo mismo, desafiando a pensadores
- tan grandes como Blake y Whitman
- quienes creían que la vida era cambio
- pulsando eternamente como remolinos
- que hacían girar universos de universos
- expresados en una multiplicidad de formas.
- Yo imaginaba que Milwaukee era igual
- a Polonia, prosaica, constante, estoica y fría.
- Mi vida se resume al día que asfaltaron mi riachuelo favorito:
- Se trata de tener buen drenaje, un buen sistema
- para retenir escombros: ¿Lo máximo?
- Encontrar un solo servicio que retira la nieve
- en invierno y corta el pasto en el verano.
- Me consolaba alentando al ciervo
- que saboreaba los pétalos del jardín de mi mamá.
- Mi padre me aseguraba que vivíamos en la capital
- de la cerveza y de los motores.
- Decía, "La Harley Davidson, ésa sí que es una moto".
- Memoricé el ancho del reloj más grande del mundo,
- calculé en 8%, el porcentaje de agua dulce mundial
- que se encontraba en el lago Michigan.
- Pero a los dieciséis, la gran cervecería Schlitz se trasladó a Detroit,
- y empecé el lento peregrinar hacia el entendimiento
- que Copérnico tenía razón:
- es mejor ser un miracielos insignificante,
- un punto más dentro de la infinitud,
- la capital de nada, que aferrarse a ilusiones
- que se desvanecen ante el impasible fulgor de las estrellas.
- Mi abuela no era más hermosa que la tuya.
- Bailemos. Una fundición es un lugar
- tan bueno como cualquiera
- para dimensionar el estado del universo,
- sopesando la carga y descarga
- de los sueños en rieles, guardando
- silencio ante la inmensa maquinaria
- de la invisible y callada sinfonía del cielo.
* Cuatro pueblos industriales del sector Norte del Medio Este de los Estados Unidos.
- Aquellos Nombres Esquimales para la Nieve
- Mi mamá está mirando a su mamá morir.
- La gravedad da la guerra al labio inferior.
- La sal corroe los pelos que le cuelgan
- de orejas que no saben oír. Por cada cosa
- que se nos va, inventamos una palabra
- para todo lo que uno quiso pero no supo decir.
- Entre tanta pose y truco, entre tanto ardid
- y engrupir, todos tenemos que ponernos una vez
- el traje de novia manchado con sangre de mujer
- y bailar condecoradamente el vals
- de la victoria con uniforme de manco.
- Yo le daré comida al gato cuando tú ya no estés.
- Esta es mi promesa.
- El primero en despertar susurrará al otro: gladiolo,
- flor de azahar, higuera dulce, sueño de orquídea, rosa.
- I Am Not Going Home
Con Con, 1998
- Mi padre acaricia su mentón cincelado
- por fundición. Para él,
- este crepúsculo es un átomo partido,
- un fuego que arde en el alto horno, que,
- devorando las cenicientas entrañas del alba,
- las convierte en mañana. Caminamos por una playa
- de peces muertos y espinas almenadas. Las olas
- empapan las rocas como la lengua de un perro
- que busca la suave piel de las cosas.
- I am not going home. Mi padre no sabe
- cuál de las estrellas nacientes extenderá
- su cucharón de fierro, raspando el último jadeo de escoria
- del ocaso, extrayéndolo como una onza de oro puro--
- o plata líquida-- hacia la noche
- donde su madre aguarda, zurciendo pacientemente
- las puntas deshilachadas de la soledad, su ala quebrada.
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